Ah, mi gober precioso... Ese es mi gober... Los gobernadores son hombres y los hombres no lloran ni sienten angustia, son bien machos como el Santo, como Humphrey Bogart en el Halcón Maltés o en Casa Blanca, machos, machos, machos. Ni más ni menos. No sienten miedo. No tienen emociones. Así es mi gober, carajo, y el que lo dude, que sienta la fuerza del Tubi y del Chapo sobre él y sobre su cabeza.
Primero va la crónica que osé publicar hoy sábado, abajo la respuesta del señor Natividad González Parás(nada de Nati ni otras joterías, por favor), cuando mi muy querida Melva Salas de Televisa lo cuestionó hoy sábado nueve de septiembre al respecto; de haber estado presente me cae que le decía "¿acaso seré yo, señor gobernador" "Tú lo has dicho, Argüello". Tomaría mis cosas avergonzado y me colgaría de un árbol cargado de remordimiento.
Mea culpa, Señor; mea culpa.
Angustia, sentimiento de Nati confesado en público
Ayer, la advertencia del mandatario de combatir el crimen se perdía entre noticias de policías acusados de matar a un detenido a golpes, información sobre el homicidio de Marcelo Garza y de seis ejecutados en los límites del estado.Podría tratarse del mural de Rivera, pero no era su figura infantil la que estaba a un costado del punto principal. El ambiente pretendía ser jovial, alegre, de celebrar la participación de 217 organizaciones de distintos tipos, objetivos y naturalezas en la llamada Expo Ayuda.
En cualquier otra circunstancia así habría sido: el ambiente estaría cargado de anécdotas y efusividades reales o fingidas pero efusividades al fin, con una atmósfera similar a la de una feria, una multitud de personas aglomeradas en aquellas salas de la primera planta de Cintermex, ruido, voces, risas y chistes entre funcionarios de distinta especie, nivel y abolengo, buscando naturalidad y comodidad, esa que muestran en público y reflejada en los colores neutros de sus ropas, aunque no todos lo disfruten por igual.
Pero en el cuadro total, en el mural completo la alegría y las sonrisas reinarían como en cualquier domingo en plaza de pueblo.
Por eso -además de la ausencia del niño Rivera y de que es viernes, no domingo -no se trata del mismo mural, no es el “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, no es aquella imagen monumental y famosa, aunque tiene una similitud clave que los relaciona de modo determinante: la muerte es quien reina al centro.
Sí: independientemente de que el mensaje tradicional en este tipo de eventos es de optimismo teñido del más pastel de las tonalidades, al tomar Natividad González Parás el micrófono confiesa algo que jamás dejó entrever en sus mensajes, discursos y entrevistas: su angustia.
El gobernador del estado de Nuevo León, el estado de progreso, está angustiado.
“Esta mañana temprano, mientras leía la prensa, y con preocupación, incluso con angustia, veía las notas de confrontaciones, de crímenes, de actividades criminales, delictivas, de personas que no tienen valores y que por encima de los intereses de sus propias familias y de la sociedad minoran el estado de derecho y afectan a la comunidad en general”.
Para ese momento habían pasado menos de 12 horas de su reunión en Casa de Gobierno con empresarios, funcionarios de seguridad y de procuración de justicia, tras la cual habló a los reporteros que lo aguardaban y les confesó que tras la ejecución del que fuera su director de la Agencia Estatal de Investigaciones, Marcelo Garza, otros funcionarios estarían en riesgo.
También dijo esa noche que el gobierno le declararía la guerra al narcotráfico y que utilizarían todas las capacidades que la ley les confiere.
Sin embargo, ayer por la mañana esa advertencia se perdía entre noticias de policías acusados de matar a un detenido a golpes, información sobre el homicidio de Garza y Garza y la noticia de seis jóvenes ejecutados en los límites de Nuevo León y Tamaulipas.
Esa es la angustia a la que se refería el gobernador: que aun dentro del contexto de la ayuda, de la participación ciudadana, de los voluntarios que lo esperaban dentro de la sala para explicarle alguna de sus cientos de causas; la muerte, al igual que en el mural de Rivera con su feria, alegría, ciudadanía, parafernalia y hasta la historia detrás, seguía estando al centro y al frente, y todo lo demás sucedía alrededor.
Así, en las periferias se instalaban stands de diferentes organizaciones de todo tipo y funciones, sumando 217 en total, lo cual consideró la presidenta del Consejo de Desarrollo Social, Alejandra Rangel, todo un triunfo.
Al tiempo, cientos de niños y adolescentes en uniformes escolares llegaban a la Expo Ayuda y paseaban entre los módulos curioseando sobre los organismos civiles, aunque cualquier militante de la extrema derecha se hubiera muerto y resucitado de la indignación al ver una marabunta de púberes en uniforme de secundaria abalanzarse sobre los condones gratuitos que en su espacio ofrecía Grupo de Autoapoyo El Roble.
Un elemento de Protección Civil explicaba a unos jovencitos las medidas precautorias para un rescate, y una mujer narraba con gran teatralidad a una decena de niños cuentos de todo tipo consiguiendo algo de su atención.
En las afueras del lugar, uno de los más cercanos colaboradores de Andrés Manuel López Obrador se paseaba por todo Cintermex sin dejar de mirar hacia todas direcciones y sin dejar de hablar un solo instante por su teléfono celular.
Hasta el gobernador dejó el tema rápidamente y pasó de inmediato a hablar de la esperanza que despiertan eventos como la Expo Ayuda y la luz que representa en la oscuridad de la violencia y la criminalidad.
Pero para entonces era ya demasiado tarde, el gobernador ya lo había dejado claro: la muerte estaba al centro y lo demás en derredor, la ayuda y el optimismo, todo. Al menos por ese momento, al menos por estos días en que dentro del mural toman más espacio e importancia el narcotráfico y la violencia, los sicarios que desaparecen como sombras y de los que sólo se sabe por su estela de sangre.
La palabra clave salió de la propia boca del mandatario: “Angustia...”.
Crónica por Antonio Argüello
And the answer was...Reportero.- Ayer usted comentaba que se encontraba angustiado, y de hecho pues lo dijo durante su mensaje en la Expoayuda.
José Natividad González Parás.- A ver, no cambien el sentido de las cosas, yo expresé que al leer la prensa de lo que pasa en el país, al ver algunas fotografías que nos sacudieron la conciencia a todos del crimen organizado, de lo que pasó en Michoacán, de las ejecuciones que hay todos los días en todos lados, de lo que vemos que está sucediendo desafortunadamente en el país, uno a veces con preocupación y con angustia ve cómo este fenómeno se extiende, eso es lo que dije, no que yo estuviese angustiado.
Es algo que debe de preocuparnos seriamente, es algo que debe de movernos a hacer cosas distintas a las que habíamos estado haciendo anteriormente, es algo que debe de llevar a replantear los modelos y los sistemas como lo estamos haciendo nosotros, impulsando esta transformación en el seno de la Conferencia de Gobernadores, y es algo que debe de llevar también a pensar a los padres de familia, a la sociedad, de los valores que estamos inculcando a nuestros hijos.
Si hay miles de delincuentes que están en eso, déjenme decirles que sólo en Nuevo León en temas de narcomenudeo hemos detenido a 2 mil personas, si hay 2 mil personas debe de haber muchas más que están involucradas en esto, y entonces no sólo es un problema de las policías, es un problema de que qué está pasando en nuestra sociedad que muchos jóvenes se involucran con actividades de delincuencia, de crimen organizado, se dedican al tráfico y a la venta de drogas, se dedican al narcomenudeo, también qué les pasa a esas gentes, esas gentes no terminan bien en muchos de los casos.
Es el momento de que hagamos un esfuerzo sociedad, medios de comunicación y Gobierno para promover también una campaña fuerte de valores, de conscientización, de alerta, de lo que puede pasar con los adolescentes y con los hijos si no se cuidan.