martes, septiembre 26, 2006

Over

No daré mayores explicaciones en público o en privado.
A partir de este momento el presente blog queda clausurado por tiempo indefinido.
No habrá más posts, imágenes y el cbox desaparece.
No hay blog alterno.
No hay nada.
Gracias a los lectores frecuentes.
Gracias a los firmantes regulares.

Sin más por el momento.

Ciao

sábado, septiembre 09, 2006

¡Qué hombre es mi gober!

Ah, mi gober precioso... Ese es mi gober... Los gobernadores son hombres y los hombres no lloran ni sienten angustia, son bien machos como el Santo, como Humphrey Bogart en el Halcón Maltés o en Casa Blanca, machos, machos, machos. Ni más ni menos. No sienten miedo. No tienen emociones. Así es mi gober, carajo, y el que lo dude, que sienta la fuerza del Tubi y del Chapo sobre él y sobre su cabeza.

Primero va la crónica que osé publicar hoy sábado, abajo la respuesta del señor Natividad González Parás(nada de Nati ni otras joterías, por favor), cuando mi muy querida Melva Salas de Televisa lo cuestionó hoy sábado nueve de septiembre al respecto; de haber estado presente me cae que le decía "¿acaso seré yo, señor gobernador" "Tú lo has dicho, Argüello". Tomaría mis cosas avergonzado y me colgaría de un árbol cargado de remordimiento.

Mea culpa, Señor; mea culpa.

Angustia, sentimiento de Nati confesado en público



Ayer, la advertencia del mandatario de combatir el crimen se perdía entre noticias de policías acusados de matar a un detenido a golpes, información sobre el homicidio de Marcelo Garza y de seis ejecutados en los límites del estado.

Podría tratarse del mural de Rivera, pero no era su figura infantil la que estaba a un costado del punto principal. El ambiente pretendía ser jovial, alegre, de celebrar la participación de 217 organizaciones de distintos tipos, objetivos y naturalezas en la llamada Expo Ayuda.
En cualquier otra circunstancia así habría sido: el ambiente estaría cargado de anécdotas y efusividades reales o fingidas pero efusividades al fin, con una atmósfera similar a la de una feria, una multitud de personas aglomeradas en aquellas salas de la primera planta de Cintermex, ruido, voces, risas y chistes entre funcionarios de distinta especie, nivel y abolengo, buscando naturalidad y comodidad, esa que muestran en público y reflejada en los colores neutros de sus ropas, aunque no todos lo disfruten por igual.
Pero en el cuadro total, en el mural completo la alegría y las sonrisas reinarían como en cualquier domingo en plaza de pueblo.
Por eso -además de la ausencia del niño Rivera y de que es viernes, no domingo -no se trata del mismo mural, no es el “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, no es aquella imagen monumental y famosa, aunque tiene una similitud clave que los relaciona de modo determinante: la muerte es quien reina al centro.
Sí: independientemente de que el mensaje tradicional en este tipo de eventos es de optimismo teñido del más pastel de las tonalidades, al tomar Natividad González Parás el micrófono confiesa algo que jamás dejó entrever en sus mensajes, discursos y entrevistas: su angustia.
El gobernador del estado de Nuevo León, el estado de progreso, está angustiado.
“Esta mañana temprano, mientras leía la prensa, y con preocupación, incluso con angustia, veía las notas de confrontaciones, de crímenes, de actividades criminales, delictivas, de personas que no tienen valores y que por encima de los intereses de sus propias familias y de la sociedad minoran el estado de derecho y afectan a la comunidad en general”.
Para ese momento habían pasado menos de 12 horas de su reunión en Casa de Gobierno con empresarios, funcionarios de seguridad y de procuración de justicia, tras la cual habló a los reporteros que lo aguardaban y les confesó que tras la ejecución del que fuera su director de la Agencia Estatal de Investigaciones, Marcelo Garza, otros funcionarios estarían en riesgo.
También dijo esa noche que el gobierno le declararía la guerra al narcotráfico y que utilizarían todas las capacidades que la ley les confiere.
Sin embargo, ayer por la mañana esa advertencia se perdía entre noticias de policías acusados de matar a un detenido a golpes, información sobre el homicidio de Garza y Garza y la noticia de seis jóvenes ejecutados en los límites de Nuevo León y Tamaulipas.
Esa es la angustia a la que se refería el gobernador: que aun dentro del contexto de la ayuda, de la participación ciudadana, de los voluntarios que lo esperaban dentro de la sala para explicarle alguna de sus cientos de causas; la muerte, al igual que en el mural de Rivera con su feria, alegría, ciudadanía, parafernalia y hasta la historia detrás, seguía estando al centro y al frente, y todo lo demás sucedía alrededor.
Así, en las periferias se instalaban stands de diferentes organizaciones de todo tipo y funciones, sumando 217 en total, lo cual consideró la presidenta del Consejo de Desarrollo Social, Alejandra Rangel, todo un triunfo.
Al tiempo, cientos de niños y adolescentes en uniformes escolares llegaban a la Expo Ayuda y paseaban entre los módulos curioseando sobre los organismos civiles, aunque cualquier militante de la extrema derecha se hubiera muerto y resucitado de la indignación al ver una marabunta de púberes en uniforme de secundaria abalanzarse sobre los condones gratuitos que en su espacio ofrecía Grupo de Autoapoyo El Roble.
Un elemento de Protección Civil explicaba a unos jovencitos las medidas precautorias para un rescate, y una mujer narraba con gran teatralidad a una decena de niños cuentos de todo tipo consiguiendo algo de su atención.
En las afueras del lugar, uno de los más cercanos colaboradores de Andrés Manuel López Obrador se paseaba por todo Cintermex sin dejar de mirar hacia todas direcciones y sin dejar de hablar un solo instante por su teléfono celular.
Hasta el gobernador dejó el tema rápidamente y pasó de inmediato a hablar de la esperanza que despiertan eventos como la Expo Ayuda y la luz que representa en la oscuridad de la violencia y la criminalidad.
Pero para entonces era ya demasiado tarde, el gobernador ya lo había dejado claro: la muerte estaba al centro y lo demás en derredor, la ayuda y el optimismo, todo. Al menos por ese momento, al menos por estos días en que dentro del mural toman más espacio e importancia el narcotráfico y la violencia, los sicarios que desaparecen como sombras y de los que sólo se sabe por su estela de sangre.
La palabra clave salió de la propia boca del mandatario: “Angustia...”.

Crónica por Antonio Argüello

And the answer was...

Reportero.- Ayer usted comentaba que se encontraba angustiado, y de hecho pues lo dijo durante su mensaje en la Expoayuda.
José Natividad González Parás.- A ver, no cambien el sentido de las cosas, yo expresé que al leer la prensa de lo que pasa en el país, al ver algunas fotografías que nos sacudieron la conciencia a todos del crimen organizado, de lo que pasó en Michoacán, de las ejecuciones que hay todos los días en todos lados, de lo que vemos que está sucediendo desafortunadamente en el país, uno a veces con preocupación y con angustia ve cómo este fenómeno se extiende, eso es lo que dije, no que yo estuviese angustiado.
Es algo que debe de preocuparnos seriamente, es algo que debe de movernos a hacer cosas distintas a las que habíamos estado haciendo anteriormente, es algo que debe de llevar a replantear los modelos y los sistemas como lo estamos haciendo nosotros, impulsando esta transformación en el seno de la Conferencia de Gobernadores, y es algo que debe de llevar también a pensar a los padres de familia, a la sociedad, de los valores que estamos inculcando a nuestros hijos.
Si hay miles de delincuentes que están en eso, déjenme decirles que sólo en Nuevo León en temas de narcomenudeo hemos detenido a 2 mil personas, si hay 2 mil personas debe de haber muchas más que están involucradas en esto, y entonces no sólo es un problema de las policías, es un problema de que qué está pasando en nuestra sociedad que muchos jóvenes se involucran con actividades de delincuencia, de crimen organizado, se dedican al tráfico y a la venta de drogas, se dedican al narcomenudeo, también qué les pasa a esas gentes, esas gentes no terminan bien en muchos de los casos.
Es el momento de que hagamos un esfuerzo sociedad, medios de comunicación y Gobierno para promover también una campaña fuerte de valores, de conscientización, de alerta, de lo que puede pasar con los adolescentes y con los hijos si no se cuidan.

viernes, septiembre 08, 2006

Zambrano

Bueno, a falta de material literario sigo con el material periodístico. Ha sido una semana pesada y estresante en la que me he acostado y levantado igual de encarrerado, pero con todo fue muy divertida y satisfactoria. La entrevista que publico fue hecha el martes de esta semana con el director de la Políca Regia, Felipe Zambrano, y me significó uno de los mejores halagos que me hayan hecho para un trabajo de este tipo (gracias, Max y Dalia). En realidad no hay demasiado mérito mío y es más de Zambrano, finalmente él dijo lo que dijo, y llevó la entrevista a hacer un ruido que aun hace cierto eco. Saludos a todos.

Antonio Argüello


La trama es como de una película de suspenso: el jefe de Policía defiende a su subordinado que fue señalado como presunto homofóbico: “Yo confío en todos los que están en mi corporación”, dice el patrón categórico poco antes de profundizar más en el tema: “pobrecitos los homosexuales, están enfermos”.
Pero no es ninguna película. El jefe se llama Felipe Zambrano Páez y la corporación Policía Regia, el subordinado fue un elemento denunciado la noche del sábado por haber supuestamente violado el derecho al libre tránsito de un joven llamado Antonio Garza en la Plaza Hidalgo.
El asunto quizá no debió llegar tan lejos pero actualmente está en Asuntos Internos de la Policía regia, con el antecedente de que en repetidas ocasiones, grupos de defensa de las minorías sexuales han señalado la Plaza Hidalgo como un punto de tradición para que los derechos de los homosexuales sean violentados.
El policía le pidió a Antonio que se retirara, y lo siguió hasta Morelos para asegurarse que no regresara: “Aquí no es lugar para maricones”, le habría dicho el uniformado.
Zambrano Páez no le da el beneficio de la duda a la denuncia del joven: “Si le llamaron la atención es porque hizo algo”.
Y encima remata: “Tenemos la facultad de retirarlo”.

Durante el fin de semana se presentó una denuncia en Asuntos Internos contra un elemento de su corporación por un supuesto acto de homofobia. ¿Qué sabe al respecto?
Mire, se lo voy a decir: Ustedes, ustedes, ustedes nos han pedido que reforcemos todas las áreas, donde hay mujeres, hombres y de todo, de prostitución, ¿estamos de acuerdo? A mí me dan una queja en Morelos, que quieren que vigile bien la Plaza Hidalgo y esto y lo otro, nosotros tenemos que actuar, ¿me explico? Yo no sé si es o no es, si el policía lo ve mal le dice ‘oye, retírate’, porque eso es lo que nos está pidiendo la gente. ¿Qué quieren que haga? Si lo hacemos, porque lo hacemos; si no lo hacemos, porque no lo hacemos. Pues nomás díganme qué hacer.

¿Cuál fue la queja exactamente que se presentó?
Los hoteles nos piden mucho, ellos tienen hasta cámaras ahí, usted no lo sabe, hay cámaras. Hay mucha inmoralidad y eso no me lo puede usted negar, porque se están besando en las bancas; si no se pesca a un muchacho de esos dicen ‘uh, Chihuahua, no están haciendo nada’, y si hacemos porque hacemos, no lo entiendo.

Pero esta persona, ¿qué fue lo que hizo?
Si le llamaron la atención, por algo se la llamaron, yo no creo que el policía nada más ande buscando a cualquier persona que se encuentre. Vamos a usar la lógica: por algo le llamaron la atención.

Esta persona lo que dice es que fue por ser homosexual o por manifestarse homosexual...
A ver, ¿y cómo sabe uno si es homosexual? ¿Puede usted decir ‘éste sí es, éste no es, éste sí es, éste no’? Para que la policía le llamara la atención es por algo.

Ahora, en esta plaza siempre ha habido quejas de los grupos defensores de los derechos de las minorías sexuales sobre actos de homofobia de los policías...
No, eso no es cierto. Yo no tengo eso, es la primera vez que escucho esa palabra.

¿Exactamente qué es de lo que les han manifestado los hoteleros, que no quieren gente homosexual o evidentemente homosexual?
A las gentes encargadas de la Plaza Hidalgo como Morelos, no les interesa que anden homosexuales ni que anden prostitutas, ni que anden payasos, hay veces que nos dicen que quitemos al globero, y pues espérate, si no tienen permiso los quitamos.

Pero me dice que los hoteleros no quieren homosexuales ahí...
Bueno, yo creo que nadie los quiere; digo, pobrecitos, yo no les echo la culpa, es gente enferma, no son malos, pero pues hay gente que no los quiere, como a las prostitutas.

¿Y finalmente no tienen derecho al libre tránsito?
Ahí sí no me meto si tienen derechos o no, pero volvemos a lo mismo, si el señor está haciendo cosas malas yo lo tengo que reprimir porque hay un reglamento de policía y buen gobierno que me permite hacer esas cosas; es al igual que una prostituta, ¿a usted le gustaría ver prostitutas por todos lados?

Ahora, sobre los oficiales que retiran a hombres vestidos de mujer, a trasvestis....
Le leo un artículo (del reglamento de Policía y Buen Gobierno): (Está prohibido) realizar actos de exhibicionismo que ataquen la moral y las buenas costumbres.

¿Ahí hablamos de los que se visten de mujer, por ejemplo?
Puede ser, ¿por qué no?

¿Si un trasvesti anda en la Plaza Hidalgo ustedes lo pueden retirar por ser trasvesti?
Claro, tenemos toda la facultad, a veces nos hacemos ojos de hormiga porque ellos no tienen la culpa, son enfermedades. Si empiezan a hacer otras cosas ya es de ‘espérate, no me vangas con cosas, aquí yo tengo la facultad de quitarte’.

domingo, septiembre 03, 2006

Alejandra y sus tenis


A falta de material, sigo la recomendación de Sylvia y publico un texto que saqué en Milenio hace unos días, se trata de una crónica que si bien me provocó el raclamo de un par de personas, me resultó bastante divertido idearla... Por cierto, la de la foto es la susodicha del texto.

La pregunta entre todos los que esperaban la llegada de Alejandra Rangel al Cedeco número cuatro en Sierra Ventana era la misma: ¿Estaría de humor la presidenta del Consejo de Desarrollo Social para hacer el recorrido con semejante calor y en pleno mediodía?
Nadie lo estaba. Entre todos los colaboradores, reporteros y equipo de prensa los gestos eran más de modorra por esos treinta y tantos grados que no dejaban de subir conforme el sol seguía subiendo, rostros de agotamiento buscando una sombra como perros callejeros y lamentándose de no haber desayunado o de que no hubo tiempo para el café mañanero.
Así son las cosas en Monterrey cuando no hay aire acondicionado, unas cuantas horas antes la Unión Astronómica Internacional había decretado que Plutón no es un planeta (maldito e inútil macheteo de la infancia) pero el sol seguía siendo sol y quemaba con la misma furia que ha quemado a nueve planetas, uno menos no haría ninguna diferencia.
La excusa era presentar resultados del programa Todos en tu barrio, una idea que había surgido del Consejo que preside la Rangel mediante el cual habían remozado las fachadas del algunas casas y construido un par más, además de la rehabilitación de los Cedeco 4 y 12 ahí en Sierra Ventana.
María Eugenia Lozano Llamas, responsable de Comunicación del Consejo, mostraba el mapa del recorrido a los presentes como Cortés enseñándole el fuego a Cuauhtémoc.
Nadie quería caminarlo, eso era un hecho.
Entonces nació la teoría, la manera de saber a primera vista si la funcionaria venía de ganas de darse un buen baño de sol y pueblo y al menos poder hacerse a la idea con tiempo suficiente para hacer de tripas corazón (o piernas, más bien).
“Nada más mírenle los zapatos”, dijo alguien, “vean qué zapatos trae Alejandra”.
Todos callaron.
Pues sí, tratándose de la funcionaria que primero pierde el sueldo que el estilo, seguro bastaría verle los pies para saber de qué tamaño estaría la gota a sudar: si venía con la idea de dar una larga caminata seguro optaría por zapatos planos y cerrados, en un descuido hasta un par de tenis, lo que sea que fuera cómodo; pero por el contrario, si Rangel tampoco tenía humor para lidiar con el mediodía y el sudor, seguro ostentaría unos tacones que estarían a un milímetro de ser catalogados como arma blanca en los aeropuertos.
No se sabía aún, pero para ese momento en los diferentes puntos clave que venían marcados con números en el mapa, había ya señoras de la tercera edad aguardando el arribo de la funcionaria; mujeres y familias beneficiarias de distintos programas que al menos por aquel día, verían a la titular de un organismo público en vez de pandilleros o a sus vecinos caguama en mano, como suele suceder.
“En esos pasillos siempre hay problemas”, señala Ricardo Brandi, director de infraestructura social del Consejo refiriéndose a los laberintos de escaleras y pendientes en lo alto de Sierra Ventana, por donde de así decidirlo, Rangel iba a caminar, “imagínate que se ponen con sus caguamas y pegamentos, cada quien con su gente de un lado y de otro del pasillo y de repente pasa alguien y se le atreviesa, es como si estuvieras en un bar y alguien se te atraviesa”.
Una anciana vecina del lugar le da la razón, “sí, no se imagina”.
Tradicionalmente, esa zona es dominada por Los Dragones, una de las pandillas más feroces de Monterrey que a principios de esta década vio cómo uno a uno iban siendo asesinados o arrestados un buen número de sus integrantes, incluso en el destacamento de la zona sur de Monterrey de Seguridad Pública tienen fotos de una decena de ellos presumiendo armas largas.
En parte por eso es extraño que al caminar de día por estos callejones sean principalmente madres de familia, mujeres mayores y niños que se asoman por las puertas de sus diminutas casas amontonadas unas junto a las otras, habitadas por familias donde la adolescencia puede igual ser sinónimo de riesgo por las pandillas, de disyuntivas por el camino a seguir, o de resignación por el inesperado embarazo la hija estudiante de secundaria.
“Mira las paredes de las casas”, dice Brandi, “les pintan una Virgen para que los pandilleros las respeten y no las grafiteen”.
Finalmente Alejandra llega a la cita. La presidenta del Consejo desciende de su Expedition arena por el lado contrario de donde todos la observan y discretamente fijan sus miradas al ras de suelo.
Rangel lleva un pantalón de gabardina sport y una blusa ligera, todo en color arena. En sus pies lucen unos zapatos cerrados, de tacón alto pero bastante ancho. La mirada de todos es de incertidumbre y angustia, hasta que una de sus más cercanas colaboradoras se acerca hasta el grupo con una sonrisa maliciosa. “Esos son los tenis de Alejandra”.
La incertidumbre se convirtió en resignación.