lunes, marzo 24, 2008

Vestida


No estoy seguro si se trata del “yo”. La psicología, el análisis y más aun, el romántico autoanálisis freudiano comenzaron a darme un tremendo dolor de cabeza desde hace no poco tiempo. Masturbarse la misma idea de carencias afectivas o incestos consumados o no terminan por hastiar pasados los años (aunque tengo macabras sospechas de que también al cabo de unos cuantos lustros, la obsesión regresa). Por ello no he tratado de abundar en si lo que sucede tiene que ver con el ser interior que tiene contacto con la realidad, si la inspiración realmente existe y en todo caso me ha abandonado o sencillamente no existen temas en los que pueda sentirme a gusto. Quizá la pluma perdió su encanto como una pareja mediocre harta a sus integrantes. Quizá reflexionar lo mismo una vez y otra. Quizá la edad y el estrés y los años 90 quedaron tan atrás, responsabilidades y la presión del día con día sin forma ni cara, y todo lo demás que no recuerdo porque no lo quiero recordar, sin preguntas inducidas, por favor. Sí, hay mucho más que un “yo” obsesionado consigo mismo. Y eso me consuela. Me gustan las películas porque ninguna trata de mí. Por eso a veces abrir un libro equivale a un tango descalzo sobre el filo de una espada. Los temas, tal vez. La sensibilidad. El ritmo. La confianza de que letra por letra el mundo puede ser desarmado y vuelto a construir. Vivir de sueños y de animales disecados. Liberar a Quimera. Liberar el monstruo. Abrir la puerta y dejar que las cosas que tengan que pasar simplemente pasen. El diablo es tan frío. El diablo está helado. El diablo tiene miedo al fuego y su lago se ha secado. No. No. Algo queda. Algo vive. Esto no tiene sentido y por eso sé que algo queda. Cada palabra comienza a realizar sus conexiones. Se reproduce. Se alimenta. No hay un “yo” y la realidad existe por sí sola. No hay pensamientos. No hay filosofía. No hay nada. Esto no es comunicación. Esto no es literatura. Estas palabras quieren ser libres y para ello la realidad siempre es un limitante. La libertad es etérea y ni la ley de gravedad la manda. Nada. Nadie. "Yo" tiene la culpa de todo. Shoot the mother fucker.

2 Comments:

Blogger Alma Ramírez said...

Pienso que las palabras son libres per se. Lamentablemente quienes las usamos,no siempre podemos decir lo mismo...

A diferencia de un par de frases de cierta crónica, ésta es maravillosa: Abrir un libro equivale a un tango descalzo sobre el filo de una espada. Salud.

10:51 p.m.  
Blogger Tramontana said...

Que buen texto y que buenas imágenes... parece que regresaste. Esa que cita Alma es expecialmente buena.

Me gusta como empiezas y como terminas con el texto con el "yo". Lo hace redondo.

8:19 a.m.  

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