Plástico
En el rostro no le queda otra opción que el estoicismo como una obligada letanía de amargas palabras con trazos de espinas y puntuación con alfileres. En el estómago no tiene otra realidad que la entereza de una figura inanimada sin más tiempo que el polvo y el hedor del encierro. En ese estropajo desgastado que ha nombrado alma, sólo le resta hacer lo que se debe hacer con los estropajos desgastados llámense como se llamen.
1 Comments:
para comenzar, que bueno que has regresado a publicar!
lo que nunca he entendido de los maniquís y más los modernos, no tanto a los de hace tiempo es que les ponen unas nalgas impresionantes, unos pezones super reales, musculos abdominales dignos para iluminar con una ventana... pero unas pelucas horrendas!! y nunca se les acomodan
ok ok mal comentario pero bueno, soy yo...
Publicar un comentario
<< Home