No más Santoy
Dos posts en un día, sí. Bueno, esto no es precisamente un post. En realidad publico el artículo -resumen que mi jefe me pidió para el caso Santoy y que finalmente no quiso publicar por razones que no voy a detallar en estas líneas. Simplemente publico un texto que no se iba a publicar de otra manera y que me gustó al escribirlo.
Este texto es también lo último que publico en este blog relativo a Diego, salvo que la historia dé otro giro como que Diego es del Kukuxklan o algo por el estilo.
P.D. Me largo toda la semana santa (bueno, no me largo, solo no vengo a trabajar), así que dudo mucho haya publicaciones durante los próximos dias, aunque quién sabe, igual me instalan el intercable antes del jueves y toda la historia cambie. Veremos.
Clímax para
novela negra
Por Antonio Argüello
Es difícil especular la intención de Diego Santoy Riveroll y su abogada Raquenel Villanueva con el juego mediático –y casi manipulador –de “la verdad se va a saber…”, pues sirvió como una manera de mantener vivo el interés en el doble homicidio de los hermanos Peña Coss y sobre todo, como una forma de levantar una enorme expectativa en torno a la declaración preparatoria del supuesto doble homicida que terminó –paradójicamente –por minar severamente su credibilidad.
La abogada del joven de 21 años que para estas alturas se ha convertido en la mayor celebridad de la nota roja de Nuevo León –muy por encima de Julio Castrillón Escobar, quien nunca dio una entrevista –, se encargó de concentrar la atención de la comunidad en un caso que si bien como fondo lleva a dos niños asesinados, de modo colateral conlleva un sinfín de rumores, supuestos, acusaciones y patadas bajo la mesa que alcanzaron su cúspide la tarde y noche del sábado 1 de abril, cuando Diego dio su tan anticipada verdad, la que según la defensora daría un radical giro al caso.
Pero no sucedió así: la declaración del muchacho no sólo no ayudó en nada a su defensa sino que derribó la credibilidad que de una manera u otra se había forjado ante la opinión pública, que a 25 días de los asesinatos de la Calle Monte Casino en Cumbres, comenzaba a dudar de las versiones iniciales que señalaban al estudiante de FIME como el único asesino.
Al contrario, la supuesta verdad de Diego en que se desligaba completamente de los asesinatos y levantaba el dedo acusador contra su ex novia, Erika Peña, resultó inverosímil tanto para la sociedad como para el juez Angel García, quien no dudó en desecharla precisamente “por inverosímil”, porque Diego tuvo 25 días para meditar su versión inicial donde confesaba los homicidios y ajustarla de mejor modo para su beneficio, describiéndose a sí mismo como un joven atemorizado por la furia, el odio y las acciones de su ex novia.
Sencillamente su verdad resultó imposible de creer para el juez y para quienes habían seguido el caso; y lo que se advertía como un parteaguas del caso, terminó siendo un dique que volvía las cosas a su estado original: la condena generalizada a Diego Santoy Riveroll, 21 años, estudiante de FIME, presunto doble homicida.
DEFENSA EN
DOS FRENTES
Algo estaba por suceder la noche del viernes 31 de marzo, no había que ser demasiado perspicaz para intuirlo: De la nada, Erika Coss y León concedió una entrevista al periodista Joaquín López Dóriga a través de un enlace en vivo desde Monterrey.
La imagen de la joven, su semblante adolorido, sus susurros ahogados que con dificultad se podían colar por las heridas de su garganta y sus palabras de indignación por las versiones que la apuntaban como cómplice del homicidio se transmitieron a nivel nacional, con un López Dóriga si bien más afable que de costumbre con sus entrevistados, también en búsqueda de la verdad con la joven víctima, aunque al final terminó sólo reafirmando ese punto: la joven víctima, la agredida, la muchacha inmolada por quien antes apuñaló y estranguló a sus dos hermanitos.
Ese fue el mensaje real, más allá de todas las palabras, que Erika era la joven víctima, un día antes de que el “presunto” cambiara su versión inicial de los hechos.
El diálogo con López Dóriga fue el primero de una serie del que seguirían Javier Alatorre y Mario Gámez, todo esto después de que Erika y su familia permanecieran fuera del ojo público durante casi un mes, a excepción de la rueda de prensa que su madre, Tere Coss, brindó 13 días después de la tragedia, la tarde que su hija abandonó el hospital.
De esta manera la familia Peña Coss dejaba claro que no sólo defendían el frente legal. Los ataques más fuertes que recibían se daban por otro flanco: el mediático, el de los rumores, avivado desde la declaración ministerial de Humberto Leal, el muchacho que ayudó a Diego en su huída y que habló de una supuesta relación sentimental de su amigo con Tere Coss.
Ahí comenzó el interés anormal de los medios informativos: cuando Multimedios Estrellas de Oro y gobierno del Estado pusieron todo su ahínco en frenar la información e investigaciones en torno al caso, una línea que llegó a tal punto que reporteros y jefes de información se preguntaron por qué tanto empeño en ocultar un supuesto amasiato entre dos mayores de edad. Algo más debía haber.
Así –y para perjuicio de Erika y su familia –el intento de gobierno y Multimedios por minimizar el caso equivalió a un intento por apagar un fuego con gasolina.
Fue después que llegó Raquenel…
La litigante más controvertida del Estado –probablemente superada únicamente por el extinto Leopoldo del Real Ibáñez –tomó la defensa de los Santoy Riveroll y con ello, comenzó una fuga de información y rumores hacia los medios de comunicación, que veían en Raquenel más una jefa de prensa que una abogada.
Ahí surgió la versión del embarazo de Erika, el supuesto aborto, que si Tere Coss era sacerdotisa satánica, que si Erik Azur y María Fernanda no eran hijos del mismo padre de Erika y Azura y sobre todo, que Erika no había sido víctima el dos de marzo en Monte Casino, sino que había participado también en los homicidios.
Y entonces, la lluvia de teorías: Diego fue obligado por Erika; o bien, el joven apuñaló al niño y su ex novia a la niña; o quizá fue una venganza pactada contra Tere Coss por haber obligado a Erika a abortar, o contra el verdadero padre de los pequeños, fuera Fernando Elizondo Santa Cruz o el tal Enrique que la empelada doméstica citaba en su declaración, todas las teorías imaginables, unas más inverosímiles que las otras.
Sin embargo, todas en su conjunto sirvieron para algo, pues con los días fueron creando una sombra de duda sobre la familia Peña Coss al grado de que en Monterrey quien no daba por hecho que Erika había tenido participación, al menos tenía sus interrogantes al respecto.
Por eso, cuando Raquenel Villanueva comenzó a pregonar a cuanto reportero se le atravesaba que Diego iba a decir “su verdad”, la expectativa comenzó a crecer exponencialmente.
VUELTA DE TUERCA
Así como en el mito de Sísifo, el héroe griego estaba condenado a subir la misma enorme piedra por una pendiente una y otra vez, cuando tras un largo trabajo Diego había conseguido un impacto en la sociedad que le había redituado en credibilidad, de la noche a la mañana todo se le vino abajo.
Buena parte de la gente que había sospechado de Erika cambió de opinión y Diego volvió a convertirse en el doble homicida de Cumbres.
La declaración con la que pretendía dejar sin efecto su confesión original contradecía todas las otras versiones: la de Erika, la de la empleada doméstica Catalina Bautista Juárez, la de la secretaria Lynda Marentes y hasta la de su amigo Humberto Leal.
Que él no había hecho nada, aseguró, que Erika cometió ambos homicidios y él sólo se mantuvo impávido, aterrado ante el frenesí de odio y venganza supuestamente mostrado por su ex novia, ya enterada para entonces de la relación de Diego con su madre.
El mismo juez Ángel Mario García Guerra, la consideró inverosímil cuando dictó auto de formal prisión al encontrarlo presunto responsable de los delitos de homicidio calificado, tentativa de homicidio, privación ilegal de la libertad y robo de un vehículo.
Pero eso no era todo. La ofensiva contra Diego no terminaba aun. Un día después de su declaración preparatoria, el subprocurador de justicia Aldo Fasci Zuazua citó a los medios de comunicación para exponer las 61 pruebas periciales que la corporación encontró y que apuntaban directamente a un solo asesino: Diego.
Esa misma semana se le dictó la formal prisión. De poco le sirvieron a Diego las entrevistas con Adela Micha, Carlos Loret de Mola y hasta con la Oreja, transmisiones que harían palidecer a Oliver Stone, Quentin Trantino y su “Natural Born Killers”.
Un fotolog en internet citaba por esos días “Cuando este muchacho (Diego) presenta su declaración la luz, el espacio, los rostros, la composición, todo parece un set de cine ordenado por la mano de un director de arte”.
Ese memento significó también el inicio de una hasta entonces inexistente apertura de los Peña Coss: la empleada doméstica dio entrevista a dos medios distintos, hubo recorridos de la casa, imágenes de los cuartos aun con huellas de la masacre, todo lo posible por recordar a la opinión pública que el caso se trata de dos asesinatos.
Susana Valdéz, presentadora de noticias de Televisa, transmitió un homenaje a los dos niños con fotografías y música de fondo, así como el resto de los medios que dieron especial énfasis a los rostros de Erik y María Fernanda.
Todo con el efecto de ir difuminando poco a poco la imagen de Diego, de ir sumiéndolo en la oscuridad de una prisión y de la condena –nuevamente –de la opinión pública y la justicia.
Este texto es también lo último que publico en este blog relativo a Diego, salvo que la historia dé otro giro como que Diego es del Kukuxklan o algo por el estilo.
P.D. Me largo toda la semana santa (bueno, no me largo, solo no vengo a trabajar), así que dudo mucho haya publicaciones durante los próximos dias, aunque quién sabe, igual me instalan el intercable antes del jueves y toda la historia cambie. Veremos.
Clímax para
novela negra
Por Antonio Argüello
Es difícil especular la intención de Diego Santoy Riveroll y su abogada Raquenel Villanueva con el juego mediático –y casi manipulador –de “la verdad se va a saber…”, pues sirvió como una manera de mantener vivo el interés en el doble homicidio de los hermanos Peña Coss y sobre todo, como una forma de levantar una enorme expectativa en torno a la declaración preparatoria del supuesto doble homicida que terminó –paradójicamente –por minar severamente su credibilidad.
La abogada del joven de 21 años que para estas alturas se ha convertido en la mayor celebridad de la nota roja de Nuevo León –muy por encima de Julio Castrillón Escobar, quien nunca dio una entrevista –, se encargó de concentrar la atención de la comunidad en un caso que si bien como fondo lleva a dos niños asesinados, de modo colateral conlleva un sinfín de rumores, supuestos, acusaciones y patadas bajo la mesa que alcanzaron su cúspide la tarde y noche del sábado 1 de abril, cuando Diego dio su tan anticipada verdad, la que según la defensora daría un radical giro al caso.
Pero no sucedió así: la declaración del muchacho no sólo no ayudó en nada a su defensa sino que derribó la credibilidad que de una manera u otra se había forjado ante la opinión pública, que a 25 días de los asesinatos de la Calle Monte Casino en Cumbres, comenzaba a dudar de las versiones iniciales que señalaban al estudiante de FIME como el único asesino.
Al contrario, la supuesta verdad de Diego en que se desligaba completamente de los asesinatos y levantaba el dedo acusador contra su ex novia, Erika Peña, resultó inverosímil tanto para la sociedad como para el juez Angel García, quien no dudó en desecharla precisamente “por inverosímil”, porque Diego tuvo 25 días para meditar su versión inicial donde confesaba los homicidios y ajustarla de mejor modo para su beneficio, describiéndose a sí mismo como un joven atemorizado por la furia, el odio y las acciones de su ex novia.
Sencillamente su verdad resultó imposible de creer para el juez y para quienes habían seguido el caso; y lo que se advertía como un parteaguas del caso, terminó siendo un dique que volvía las cosas a su estado original: la condena generalizada a Diego Santoy Riveroll, 21 años, estudiante de FIME, presunto doble homicida.
DEFENSA EN
DOS FRENTES
Algo estaba por suceder la noche del viernes 31 de marzo, no había que ser demasiado perspicaz para intuirlo: De la nada, Erika Coss y León concedió una entrevista al periodista Joaquín López Dóriga a través de un enlace en vivo desde Monterrey.
La imagen de la joven, su semblante adolorido, sus susurros ahogados que con dificultad se podían colar por las heridas de su garganta y sus palabras de indignación por las versiones que la apuntaban como cómplice del homicidio se transmitieron a nivel nacional, con un López Dóriga si bien más afable que de costumbre con sus entrevistados, también en búsqueda de la verdad con la joven víctima, aunque al final terminó sólo reafirmando ese punto: la joven víctima, la agredida, la muchacha inmolada por quien antes apuñaló y estranguló a sus dos hermanitos.
Ese fue el mensaje real, más allá de todas las palabras, que Erika era la joven víctima, un día antes de que el “presunto” cambiara su versión inicial de los hechos.
El diálogo con López Dóriga fue el primero de una serie del que seguirían Javier Alatorre y Mario Gámez, todo esto después de que Erika y su familia permanecieran fuera del ojo público durante casi un mes, a excepción de la rueda de prensa que su madre, Tere Coss, brindó 13 días después de la tragedia, la tarde que su hija abandonó el hospital.
De esta manera la familia Peña Coss dejaba claro que no sólo defendían el frente legal. Los ataques más fuertes que recibían se daban por otro flanco: el mediático, el de los rumores, avivado desde la declaración ministerial de Humberto Leal, el muchacho que ayudó a Diego en su huída y que habló de una supuesta relación sentimental de su amigo con Tere Coss.
Ahí comenzó el interés anormal de los medios informativos: cuando Multimedios Estrellas de Oro y gobierno del Estado pusieron todo su ahínco en frenar la información e investigaciones en torno al caso, una línea que llegó a tal punto que reporteros y jefes de información se preguntaron por qué tanto empeño en ocultar un supuesto amasiato entre dos mayores de edad. Algo más debía haber.
Así –y para perjuicio de Erika y su familia –el intento de gobierno y Multimedios por minimizar el caso equivalió a un intento por apagar un fuego con gasolina.
Fue después que llegó Raquenel…
La litigante más controvertida del Estado –probablemente superada únicamente por el extinto Leopoldo del Real Ibáñez –tomó la defensa de los Santoy Riveroll y con ello, comenzó una fuga de información y rumores hacia los medios de comunicación, que veían en Raquenel más una jefa de prensa que una abogada.
Ahí surgió la versión del embarazo de Erika, el supuesto aborto, que si Tere Coss era sacerdotisa satánica, que si Erik Azur y María Fernanda no eran hijos del mismo padre de Erika y Azura y sobre todo, que Erika no había sido víctima el dos de marzo en Monte Casino, sino que había participado también en los homicidios.
Y entonces, la lluvia de teorías: Diego fue obligado por Erika; o bien, el joven apuñaló al niño y su ex novia a la niña; o quizá fue una venganza pactada contra Tere Coss por haber obligado a Erika a abortar, o contra el verdadero padre de los pequeños, fuera Fernando Elizondo Santa Cruz o el tal Enrique que la empelada doméstica citaba en su declaración, todas las teorías imaginables, unas más inverosímiles que las otras.
Sin embargo, todas en su conjunto sirvieron para algo, pues con los días fueron creando una sombra de duda sobre la familia Peña Coss al grado de que en Monterrey quien no daba por hecho que Erika había tenido participación, al menos tenía sus interrogantes al respecto.
Por eso, cuando Raquenel Villanueva comenzó a pregonar a cuanto reportero se le atravesaba que Diego iba a decir “su verdad”, la expectativa comenzó a crecer exponencialmente.
VUELTA DE TUERCA
Así como en el mito de Sísifo, el héroe griego estaba condenado a subir la misma enorme piedra por una pendiente una y otra vez, cuando tras un largo trabajo Diego había conseguido un impacto en la sociedad que le había redituado en credibilidad, de la noche a la mañana todo se le vino abajo.
Buena parte de la gente que había sospechado de Erika cambió de opinión y Diego volvió a convertirse en el doble homicida de Cumbres.
La declaración con la que pretendía dejar sin efecto su confesión original contradecía todas las otras versiones: la de Erika, la de la empleada doméstica Catalina Bautista Juárez, la de la secretaria Lynda Marentes y hasta la de su amigo Humberto Leal.
Que él no había hecho nada, aseguró, que Erika cometió ambos homicidios y él sólo se mantuvo impávido, aterrado ante el frenesí de odio y venganza supuestamente mostrado por su ex novia, ya enterada para entonces de la relación de Diego con su madre.
El mismo juez Ángel Mario García Guerra, la consideró inverosímil cuando dictó auto de formal prisión al encontrarlo presunto responsable de los delitos de homicidio calificado, tentativa de homicidio, privación ilegal de la libertad y robo de un vehículo.
Pero eso no era todo. La ofensiva contra Diego no terminaba aun. Un día después de su declaración preparatoria, el subprocurador de justicia Aldo Fasci Zuazua citó a los medios de comunicación para exponer las 61 pruebas periciales que la corporación encontró y que apuntaban directamente a un solo asesino: Diego.
Esa misma semana se le dictó la formal prisión. De poco le sirvieron a Diego las entrevistas con Adela Micha, Carlos Loret de Mola y hasta con la Oreja, transmisiones que harían palidecer a Oliver Stone, Quentin Trantino y su “Natural Born Killers”.
Un fotolog en internet citaba por esos días “Cuando este muchacho (Diego) presenta su declaración la luz, el espacio, los rostros, la composición, todo parece un set de cine ordenado por la mano de un director de arte”.
Ese memento significó también el inicio de una hasta entonces inexistente apertura de los Peña Coss: la empleada doméstica dio entrevista a dos medios distintos, hubo recorridos de la casa, imágenes de los cuartos aun con huellas de la masacre, todo lo posible por recordar a la opinión pública que el caso se trata de dos asesinatos.
Susana Valdéz, presentadora de noticias de Televisa, transmitió un homenaje a los dos niños con fotografías y música de fondo, así como el resto de los medios que dieron especial énfasis a los rostros de Erik y María Fernanda.
Todo con el efecto de ir difuminando poco a poco la imagen de Diego, de ir sumiéndolo en la oscuridad de una prisión y de la condena –nuevamente –de la opinión pública y la justicia.
7 Comments:
No consigo comprender a tu jefe. La nota me gustó desde que me la enseñaste el otro día. Que bueno que te decidiste a publicarla =)
Que descanses y te mejores de la gastritis. Yo también voy a estar fuera de miercoles a viernes pero yo si me voy de vacaciones jejeje
Un beso
" transmisiones que harían palidecer a Oliver Stone, Quentin Trantino y su “Natural Born Killers ”
Cierto.
Pues feliz semana santa y saludos.
Yo tampoco entiendo a tu jefe, me pareció muy buena nota.
Muy buena nota, y estoy totalmente deacuerdo, en este caso ahi algo raro, conl alfamilia peña coss, en especial con erika y su hermana.
EL CHISME es que un asesinato como tal con tanta alevosía y ventaja que fue el revuelo en los medios resulta que ahora en 2008 nadie se acuerda de ello, qué pasó con los dos asesinos o cómplices? dos niños malcriados estudiantes de universidades nice que asesinaron a su propia familia. NUNCA HAY QUE OLVIDAR. El chisme es que siendo gente "acomodada" con influencias, los estaban relacionando con el dueño del diario MILENIO; de ahi el silencio de los medios, no se si sea verdad o mentira pero es MUY RARO que despues del boom del asesinato nadie los procure mas.....TU QUE SABES DE ELLOS?????
quien es tu jefe y donde trabajas em que periodico?
Erika los mató, saludos desde Houston Texas
Viva AMLO
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