Apreciaciones de una estresante semana
Domingo por la mañana. Ya había olvidado lo que era estar despierto un día como hoy antes de las 11 de la mañana. Y sin embargo lo hice, y no sólo me levanté, salí y fui a misa. Cosas de la vida. Cubrir al arzobispo y ver qué dice. Silva diría que no tenemos ninguna obligación de cubrir al tipo ése ni pedirle sus opiniones sobre temas varios pero qué remedio. La órden es la órden y ni qué hacerle. Así que domingo a las ocho de la mañana estaba levantado, bañado y esperando una hora un poco más prudente para salir de casa. La entrevista sería pasadas las 9:30.
Mañana lunes cumplo una semana de haber vuelto a este viejo hábito llamado la nota diaria, de lo cual no había tenido oportunidad de escribir precisamente por eso, por ser diaria, y por ende mis tiempos muertos se han ido reduciendo notoriamente desde hace seis días.
Creo que ni me he conectado al messenger y cuando lo hice fue para mandar una nota a mi editor y nada más. Así las cosas, se acabó la fiesta.
Sin embargo, antes de que me rayen la madre aclaro que no me estoy quejando, como dejé entrever en mi post anterior, había cierta nostalgia por el estrés, por el "periodismo automovlístico" (que no es el que cubre carreras de autos, sino el que consiste en que no puedes manejar a ningún lado sin que timbre el celular unas cinco veces y lo marques otras tantas para confirmar, cancelar o reiterar citas con la persona que uno mejor guste mientras le rayas la madre a la ruca de la Blazer que te cierra en Constitución).
Sí, extrañaba ese correr, esa urgencia de conseguir la nota y competir con el periódico de enfrente. Ya había pasado un año desde que entré al periodismo de género con Hora Cero, que aunque tenía todas las vitudes imaginables derivadas de la oportunidad de dedicarle un día entero de trabajo sólo a pensar la entrada de tu entrevista (oh, placeres mundanos!), también es cierto que me estaba aburriendo a sobremanera; sin contar, claro está que siempre es una desventaja en este negocio que lo único comparable con el tamaño del ego de tu jefe sea el tamaño de su lengua con que se dedica a dar placer oral a cuando funcionario pueda bajarle publicidad.
Eso obviamente no sólo da hueva sino también frustración, terrible frustración, por el hecho de que no importa cuán honorable pretendas ser, tu jefe se encarga de empinarte sin consideración alguna, todo por el bien de sus relaciones personales con sus amiguitos de gobierno. Chale.
En fin, la paciencia se termina algún día como sé que a otros de mis hoy excompañeros se les está por terminar (saludos, raza de sol) y heme aqui, publicando desde hace casi una semana en Milenio, lo cual tampoco deja de ser surreal en ocasiones.
Hace unos días me encontré con un diputado que había conocido desde mis tiempos de Radio Fórmula, hará ya unos dos años y medio.
"¿Qué onda, cómo estás?", me saluda el sujeto.
"Bien, aquí andamos trabajando".
"¿Qué dice Hora Cero?".
"Nada, ya me salí, desde el lunes estoy en Milenio".
El rostro del legislador se iluminó: "¡Orale! ¡Entonces ahora me caes mejor todavía!", para después darme un cálido apretón de manos.
Así es esto. Alguna vez le dije a una persona que quier mucho que en este trabajo no tenemos amigos, sólo hacemos amigos para el medio, al menos en lo que se refiere a la relación reportero-funcionario.
Podría parafrasear a Al Pacino en El Informante: "Sí, habla Antonio Argüello de Milenio... Quita el 'de Milenio' de esa frase y nadie me tomaría las llamadas".
En fin. Estamos de vuelta. Salutes a todos.
P.D. Antes de que alguno de ustedes me diga que invite las cheves con mi nuevo sueldo, les informo que no me han pagado... Así que soy yo quien pide que lo inviten. Salutes.
7 Comments:
No pos así ni con el "De Milenio" te tomaría la llamada...
me perdí con tus textos
¿qué fue lo que pasó?
¿por qué hay tanta bronca en tu blog?
ah ¿y cómo llegaste a milenio?
¿¿no necesitan una becaria buena onda ahí???
¿Cómo que bronca? Ya nada, sólo que me vi obligado a barrer a los hooligans que estuvieron jodiendo la semana pasada. Y pues sí, ya llevo una semana en Milenio... Sobre lo de la beca... mmmmmmh... Pues yo esperé como 5 años el jale, ¿qué te puedo decir? Jajaja
Pero supongo que las diferencias fisológicas y antropomórficas (¿debería decir ginecomórficas?)de Laudanum pueden ayudarla a entrar o cuando menos a que le entre.
Pues nos esperamos a que cobres. Total, ni al café quisiste llegar.
este... gracias por el buen consejo, sr. silva... pero digamos que no soy muy jaladora que digamos.
pues no fueron chelas pero si un cafe el lunes... aplica?? igual nos debes a Marlid y a mí unos drinks desde hace mucho... a ver si algún día se nos hace
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