jueves, enero 19, 2006

Existes

Ante la falta de ánimo para escribir y la desigual ola de reclamaciones que distintas personas me han hecho llegar, rescato un ejercicio que escribí hace tiempo, nada del otro mundo. Saludos.


Estás en algún lado, lo sé. Puedo percibirte pero no puedo verte ni tocar ni adivinar tus contornos oscuros que me llaman en silencio. Me atraes. Eres imán implacable y círculo vicioso. Mar interminable sin sal en el que me ahogo sin remedio. Cielo sin forma, infinito imperceptible; voz que susurra sin voz. Existes. Sé que existes. Tienes que existir. Te ordeno que existas. Te pido / te ruego / te lloro / te grito: Existe. Existe. Existe. Una música silente suena allá en el fondo y sé que estás ahí, callada; me miras y esperas que te encuentre y me acerque para tocarte toda. Existes. Existes en las palabras que no digo y en los pensamientos guardados en el fondo de mi mente cansada y abrumada; existes en todo este cansancio y fastidio, en todos estos sentimientos asesinos. Existes en mi casa, en mi cuerpo, en mi odio y en mi llanto. En los gritos clavados sordos en mi infantil garganta irritada y apuñalada con voces de hombre que me guardo desde el pecho hasta mis amarillentos dientes. Existes en mi lengua y en mi paladar escaldado, en mi estrés de tabaquismo y mi desesperación alcohólica. Existes en el fondo de mi fracaso y en el nervio más sensible de mi mediocridad. Existes tras la caspa en los pelos del sabaco, existes en mi sudor podrido y maloliente, en mi ropa sucia, en mis extremidades cansadas de tanto ocio. En mi grito, en el silencio, en mi ausencia, en todo el llanto y esta soledad absurda que me he construido a fuerza de buscarte, a fuerza de tu ausencia, del olvido en que nos hemos enfrascado, en la blasfemia contra un dios que cada día veo más distante, mas arriba, allá, en la cima de este hoyo, donde me miran ellos con lástima y sin comprender nada de lo que sucede aquí en el fondo, toda la persecución idiota, la búsqueda en este diminuto e infrahumano espacio, como dos ratas hambrientas cazándose una a la otra. Aquí abajo no hay nadie y existes. Aquí abajo respiro aire denso y tóxico y tú existes; la vida igual viene que se va y tú existes; no hay visitas, no hay gente, no hay amigos ni familia, no hay hijos ni esposas, pero sé que tú existes; todo se va, todo termina, todo acaba por frustrarse y con todo tú existes. Existes como condena y como razón, como justificante necia y verdad fulminante. Existes como un dios, igual de absurda, tan ilógica, tan despreciable, tan cruel.
Pero existes y estás en algún lado, lo sé.


Antonio Argüello
13 de marzo de 2004

4 Comments:

Blogger Laudanum said...

tssssss... existe.

10:39 a.m.  
Blogger Tramontana said...

Creas un ritmo de desesperación en que la afirmación se siente como duda. Me gusta.

Que bueno que sacaste éste de tus escondrijos.

12:06 p.m.  
Blogger Pablo Perro said...

ingas... un tequilita...

5:28 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

gracias por firmar..no habia podido poner un comentario aqui en tu flog, y vaya que he querido hacerlo..me parece genial Mariel

10:34 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home