jueves, octubre 13, 2005

Cristina



¿En qué piensa Cristina? ¿A qué se debe ese descompuesto gesto mientras su marido habla frente a los medios de comunicación terminado su mensaje de segundo informe de gobierno? ¿Por qué no sonríe como la dama de sociedad que ha sido toda su vida? ¿Por qué no dibuja esos alegres y coloridos gestos con que aparece en publicaciones como Edición Sierra Madre o la sección Vida del periódico El Norte? ¿Por qué no es feliz Cristina? ¿Será el infierno de dos años ostentando el membrete de “Primera Dama del Estado”? ¿Será la aterradora idea de que le quedan cuatro años más de sonrisas forzadas, maquillaje favorecedor y sumisión insultante? ¿Será que no se explica cómo Angela Steltzer de Canales pudo con el cargo durante cinco años y no sólo mantenerse firme, sino poderosa? ¿Por qué ella no puede? ¿Por qué se le dificulta tanto? ¿Cómo hace Martita? ¿Dónde está la fórmula para ser una Primera Dama digna de respeto? ¿Dónde está la respuesta? ¿Qué significará la palabra "digna"? ¿Dónde está el maldito valium que el efecto ya está pasando? Quizá sea esa latente sensación de estar detrás. De estar un paso al fondo. Así, como en la imagen: la distancia es tan poca pero tan grande. Natividad iluminado, cámaras y micrófonos frente a sí buscando una palabra por estúpida que sea, como seguramente lo será, pero con la toga de gobernador lo es todo. El cargo lo da todo, pero sobre todo poder: poder sobre la gente, sobre toda la gente, sobre la gente que lo había minimizado desde sus juventudes… como su familia política. Seis años de poder no son cortos, sobre todo para los subyugados. Cristina ya no es la joven hija de unos de los más prominentes empresarios de Monterrey, ya no. Ahora es la dama de risa fingida y ojos vidriosos que trata de sentirse útil en el DIF. La dama fuera de lugar. Tan vacía. Tan triste. Cristina lleva el absurdo en la mirada. Cristina es suicida aunque no se mate. Tanto odio. Tanto rencor. Subyugada bajo el poder de su marido. Obligada a estar a su lado cuatro años más. Gris. Inútil. Sin servir para más que para posar de vez en cuando en las fotos, cuando su marido lo permite, víctima de un poder que ni siquiera puede ejercer. ¿En qué piensa Cristina? La verdad no importa… Para ese punto ya no importa nada.

2 Comments:

Blogger Alma Ramírez said...

ay cabrón, duro y a la cabeza. Muy rico texto, de verdad, alabastrino Argüello.

7:48 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

matemos a estoy hijos de puta el pueblo es el que manda

12:00 a.m.  

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