Epílogo a la bitácora saltillense
Escribo esto desde mi PC. Soy las seis de la tarde y ya no espero nada. Las dos imágenes son alegóricas del día de ayer que por fortuna, ya ha terminado. Por un lado tenemos la imagen del bandido de bandidos, el hombre que redefinió el concepto "cacique": Don Manuel Cavazos Lerma, ex gobernador de Tamaulipas y hoy delegado del PRI en Coahuila. Hasta eso, es simpático el viejo (sobre todo cuando no te tiene amenazado de muerte ni te está extorsionando o algo parecido). Me lo encontré anoche en la rueda de prensa de Moreira, en la cual me quedó claro una cosa: todos los políticos son mamilas, pero los priístas lo son más. Lo son porque si bien los panistas tienen la falsa idea de que todos deben de servirles y de que no tienen por qué ser buena onda con nadie, los priístas tienen la falsa idea de que uno está obligado a hacerles reverencia, que estamos impedidos a faltarles al respeto y que si quieren dan la cara a la gente y si no, no lo hacen.
Algo así es Cavazos Lerma, en cierta manera uno siente que está hablando con un funcionario del gobierno de Álvaro Obregón o de Elías Calles. El tipó hablaba de un excelente humor de lo bien que le había ido al PRI en Coahuila, pero en cuanto le dije "oiga, señor, en otro asunto y como exgobernador..." el sujeto quitó la cara de Mr. Mijaggi y puso una más parecida a la de Pai Mei y con aquella desfachatez que nada más tienen los caciques me dice: "no, ahora estamos hablando de Coahuila". Tan sencillo, como si su sueldo de seis años no se hubiera pagado con el erario. Pero en fín, ahí iba mi única posibilidad de una nota interesante más allá de la simple crónica que finalmente sacaré. Fría, anacrónica, sin chiste, seca como la ley que operó el domingo en Saltillo por ser día electoral y que igualmente seco me dejó el humor, como la foto lo consigna.
Para esa hora no sólo se había ido mi nota, también se me había ido el último autobus a Monterrey. En la cartera me quedaban 300 pesos de viáticos que acaso me alcanzarían para un hotel de cuarta. Malo el pedo.
En Coahuila las cosas eran tal cual las esperábamos todos. El PRI le metió 56 puntos porcentuales y se empinó al PAN con todo. Lo triste del asunto es que entre los dos juntaban casi el 90 por ciento de las votaciones. Un brindis por el bipartidismo.
Pasaban las 11 de la noche cuando terminó la rueda de prensa. Entonces, pasó el milagro de Dios -ese Dios que una vez más me dejó claro el ácido humor que posee. De la nada y en medio de la muchedumbre apareció famoso reportero de televisión, Raymundo Pérez, quien traía unidad móvil y regresaría a Monterrey esa misma noche. Sólo tendría que acudir al cierre oficial del día en el Instituto Electoral.
Cabe resaltar que Raymundo es uno de los pocos reporteros (al menos de mi generación) a quienes les reconozco una cosa: tienen egos casi tan grandes como el mío.
Supongo que por ello ibamos algo apretados en la carretera: Raymundo conducía el vehículo, yo iba de copiloto y nuestros egos se apretujaban en el asiento trasero.
Finalmente, cerca de las dos de la mañana mis pies pisaron suelo regiomontano. Un taxi y a casa.
Consumatum est.
4 Comments:
Me hubiese preocupado que te encontraras a Diego Osorno, en ese caso necesitarías un autobús para que cupieran sus egos, por cierto el día que desees terminar con tu vida solo súbete a tu ego y dejate caer.
Alex Silva
Ya se, bato... pero no moriría por el chingazo contra el piso, sino de hambre en el camino... jajajaja
Jajaja, es la primera vez que vengo a tu blog y me ha encantado, pese a que habla de política, que creo que es tu especialidad, y de saber muy poco del mentado Cavazos, pero ya con lo que me dijiste, menos ganas de saber de él me dan, jajajaja, sobre todo porque te trató así el tipejo, lo bueno es que se te resbaló.
Saludos.
Supongo que fundarás el Toño's Fans Club, pero mejor unete al Breakfast`s Club y dont you forget about me.
El Alex
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