domingo, noviembre 12, 2006

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>>> …De infinito, de absoluto, de verdad, de realidad e irrealidad, de sueños que se atrevan a retar la línea divisoria de la vigilia; el cielo, las estrellas, la nada, algún lugar donde todo converja y no haya nada fuera porque todo se incluiría en una memoria, una figura, una frase… una palabra. El hambre desesperada de siempre querer más y de nunca ser suficiente. Un hambre que no termina, una voracidad inacabable. No hay alimento en el planeta que sacie este afán iracundo. Simplemente no lo hay.